Hace aproximadamente un año que se empezó a poner en marcha el proyecto: The job of my life. Inicialmente llamado MoBiPro EU. Tanto a mi, como a las personas con las que colaboro desde hace más de veinte años en temas de movilidad transnacional nos pareció una magnífica idea, ya que el proyecto ofrecía muy buenas oportunidades a los jóvenes, a saber:
– Realizar un periodo de formación dual, aproximadamente tres años, en el país señero en este sistema de formación.
– Llevar a cabo el aprendizaje profesional en una empresa alemana.
– Aprender el idioma alemán.
– Adquirir competencias personales y profesionales.
Una de las compañías con la que colaboro, Imoving for all, detecto este proyecto y ideo una estrategia y un conjunto de procedimientos para ponerlo en valor. Para ello era muy importante trabajar con calidad en las siguientes aspectos:
– Ofrecer una información exhaustiva a los participantes: jóvenes, empresas y centros de formación. Información veraz sobre el alojamiento, las comidas, los transportes, etc. Realizando una selección de calidad.
– Llevar a cabo acciones de orientación personalizada, ayudando a cada joven a diseñar y confeccionar su propio “mapa” o itinerario de aprendizaje permanente.
– Elaborar un “memorandun of understanding” con los centros y las empresas de acogida en Alemania, donde quede regulado todo lo relativo al plan formación, y a las prácticas laborales. En la perspectiva de poder validar los resultados evaluados de aprendizaje (ECVET).
– Aplicar la Carta Europea de la Calidad en la movilidad.
– Llevar a cabo un plan de evaluación y seguimiento.
– Realizar periodos de formación lingüística antes de la salida y durante la estancia.
– Ofrecer “rutas de retorno del talento”.
Y algunas cosas más. Todo ello se le propuso a los responsables del proyecto, en Alemania y en España, concretamente en nuestro país se le envió una propuesta completa a la Red Eures, directamente a la Manager de la red. La respuesta fue que nada de esto era necesario debido a que ellos –la red Eures- disponía de la base de datos de los jóvenes parados españoles, a los que se les enviaría una carta convocándolos a una reunión informativa y a una selección. Y ahí se acababa el papel de Eures (!).
Los responsables del proyecto en Alemania se han limitado a contratar a empresas alemanas en España, o directamente a ciudadanos alemanes (?), para que hicieran la labor de información y selección, sin preocuparse de que estas empresas o personas tuvieran capacidades y experiencia en trabajar en proyectos de movilidad transnacional, lo que primaba era disponer de los jóvenes y que se enviaran a Alemania para su rápida inserción en el sistema, pero sin la preparación, información y conocimientos necesarios.
En estos días nos hemos enterado que un grupo de jóvenes españoles han tenido un grave problema con este proyecto, y que están literalmente “tirados” en Turinga. Curiosamente los medios de comunicación no hablan para nada de los verdaderos responsables de este asunto, que no son otros que los organizadores y promotores del proyecto, tanto en Alemania como en España.
La verdad es que parece que no han pasado tantos años desde que nuestros «Pepes» se iban a Alemania en busca de fortuna, y para conseguir regresar con algunos ahorros tenían que pasar muchos años trabajando a destajo, y haciendo las labores que no querían hacer los alemanes. Todo este episodio nos recuerda un poco esa época, quizás tenga todo que ver con la idea que tiene nuestra Ministra de Trabajo sobre lo que ella llama «movilidad exterior».
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