Uno de los elementos que más valor le confiere a la movilidad transnacional de las personas, con fines de aprendizaje y empleo, es la efectividad para adquirir competencias claves. Pero ¿qué son las competencias claves? Podríamos definirlas como un conjunto de conocimientos, aptitudes y habilidades, de carácter transversal, que permiten a las personas entender y desenvolverse con garantías de éxito en el nuevo contexto de la Sociedad Red, o sea la sociedad del conocimiento en la que vivimos.
Desde la Unión Europea se lleva muchos años incidiendo en la necesidad de adquirir estas competencias, sobre todo en los jóvenes, para poder trabajar y moverse en un mundo globalizado. Desde el año 2000 donde se fraguó la “estrategia de Lisboa” (años de ilusión y esperanza en el futuro de Europa, que dicho sea de paso han menguado de manera escandalosa), hasta nuestros días, numerosos documentos que forman parte del acervo comunitario, ponen negro sobre blanco estas necesidades. Pero yo pienso que todas las épocas han requerido determinados conocimientos y competencias para poder vivir y trabajar en sus diferentes contextos. Es la evolución de la sociedad, el devenir del mundo el que nos condiciona y nos obliga a un sofisticado control de nuestros saberes y habilidades, un continuo proceso de autoevaluación de competencias, si queremos “sobrevivir con éxito” a los cambios y los retos.
Muchas de estas competencias se pueden adquirir en las escuelas, los centros de formación, y la universidad, es cierto, pero lo que realmente provoca una efectiva adquisición e interiorización de estas habilidades es cuando se llevan a cabo procesos de aprendizaje en contextos reales, como por ejemplo la empresa, donde tenemos la oportunidad de interactuar con otras personas poniendo en práctica a diario nuestros saberes, lo que nos conduce a la innovación personal y colectiva. Este contexto, de aprendizaje no formal e informal, es el propicio para ir adquiriendo las nuevas competencias, que a su vez provocan nuevas aptitudes: ante nosotros mismos, ante los demás, en el trabajo, en nuestro compromiso vital en definitiva.
Cuando realizamos periodos de movilidad transnacional tenemos a nuestro alcance adquirir, entre otras, las siguientes competencias:
1.- Capacidad de comunicación en otros idiomas: hablar al menos tres idiomas es una necesidad indispensable para trabajar en un mundo globalizado, disponer de una “inteligencia intercultural” que nos permita comunicar nuestros conocimientos a personas y otros actores de diferentes culturas.
2.- Capacidad de emprender y organizar un aprendizaje permanente en otro país diferente al nuestro.
3.- Creatividad, innovación, asumir riesgos, manejo de excepciones.
4.- Habilidad para planificar y gestionar proyectos. Un periodo de movilidad es un proyecto formativo y de experiencia de vida que requiere una planificación y una gestión del mismo.
5.- Competencia digital y colaboración virtual, tener presencia en las redes que nos interesen por diferentes motivos, profesionales o personales. Disponer de contactos claves y compartirlos para colaborar en un ciberespacio diverso y plural.
6.- Inteligencia transcultural, aceptar la diversidad, sentirse cómodo en ambientes internacionales.
8.- Gestión de la carga cognitiva, saber gestionar las informaciones y el conocimiento que se ofrece de manera masiva en las redes sociales, los blogs, las interacciones personales.
Cuanto más sepas serás más libre para todo, podrás elegir donde quieres vivir, podrás trabajar en aquello que realmente te gusta, diría en aquello que te apasiona, es lo que realmente merece la pena. Podrás fabricar tu proyecto personal, tu propia marca y decidir tu estrategia profesional.
It´s time to move on!
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